domingo, 1 de mayo de 2016

Docentes nativos digitales… ¿prácticas anacrónicas?

¿A qué me refiero? Primero realizaré una introducción a modo de marco.
Sabemos que vivimos en tiempos de la Sociedad de la Información, donde navegamos, aunque a veces naufragamos, infinidad de textos digitales, imágenes, videos, audio, etc, etc, etc. Una sociedad donde el acceso a la información se ha democratizado, lo cual es muy bueno, porque tenemos a la distancia de un clic del mouse una cantidad inmensa de recursos a los que podemos acceder, expresados en números de páginas de resultados que posiblemente no nos alcanzaría la vida para recorrer. Es más, tan increíble es este acceso a las redes, que algunas veces cuando erramos la escritura de una palabra clave, el navegador nos alerta “Tal vez quiso decir…” y en muchos casos le terminamos dando la razón. 

En este medio nos movemos nativos e inmigrantes digitales. Los primeros son aquellos que nacieron en una sociedad donde el acceso a las redes y dispositivos digitales era de uso habitual, e inmigrantes aquellos que debían adaptarse a este cambio cultural.

Es en este contexto de infoxicación, o de información líquida en términos de Bauman, donde surge de entre medio de aguas turbulentas una posibilidad de rescate. Es un salvavidas, pero uno que dice en su superficie visible “Alfabetización Digital”. La alfabetización digital surge como respuesta a esta situación, y es a través de la misma que comenzamos a transitar esta era de una manera más acertada, conciente, crítica y segura. Es a través de la alfabetización digital que emprendemos un camino de respuesta a esta problemática que se nos plantea, trabajando y fortaleciendo competencias y habilidades en el tratamiento de la información, esto es, en su búsqueda eficiente, en la selección de la misma, en su organización, en su análisis e interpretación, en la articulación con otros conocimientos, en su transformación, y por qué no en la publicación en las redes, en su comunicación. Sin dejar de lado, por supuesto, lo inherente a la construcción de la ciudadanía digital, para un uso ético y responsable de las tecnologías.

Posiblemente pensemos que en este camino de respuesta los nativos tienen las de ganar, pero tal vez coincidamos en esto: ser nativo digital no implica estar digitalmente alfabetizado”. Uno no nace con estas habilidades, a menos que las ponga en práctica. Es así que en contraposición de este concepto de nativo digital, de Prensky, surgió el de “residente”, de White y Le Cornu, para referenciar a aquellas personas que se mueven con fluidez en la era digital, independientemente de su fecha de nacimiento, sino que toma en cuenta la forma en la que nos adaptamos al medio.

Yendo ahora si al ámbito educativo, seamos nativos, residentes, o como quisiéramos llamarnos, la cuestión es que en la práctica docente estas competencias no están muy desarrolladas. En tiempos de la Sociedad de la Información volvemos a escuchar hablar de analfabetos, pero ahora en términos de la Sociedad Digital (tal cual lo expresa Manuel Área), y cuando surgen estas palabras, “analfabetismo” o “alfabetización”, nuestra mente asocia que la respuesta está en las instituciones educativas, en los docentes. Si bien es cierto que la educación formal tiene incumbencia, también es cierto que la educación informal es una posibilidad en el camino hacia la alfabetización digital, a través de las prácticas autónomas de aprendizaje, del fortalecimiento del PLE (entorno personal de aprendizaje), etc. Pero volviendo a la educación formal, pienso especialmente en los actuales estudiantes de profesorado, vemos en ellos la esperanza de que sean docentes 2.0 (la versión más popular), por el solo hecho de ser nativos digitales, pero la realidad demuestra que una condición  no implica la otra, porque repito “ser nativo digital no implica estar alfabetizado digitalmente”. Lo cierto es que, pasada la brecha de acceso físico a las tecnologías, la brecha de uso en el ámbito educativo permanece vigente, y de hecho se percibe como una “brecha elástica” porque se estira, se estira, se estira, sin terminar. ¿Esto a qué se debe? Posiblemente a que los estudiantes al realizar sus prácticas, o al egresar, muchas veces tienden a “repetir estándares enraizados”, porque esta es la forma en que aprendieron, porque es lo que conocen, porque es lo seguro, porque en definitiva es así como se aprendió toda la vida, ¿no?
Es así como nos encontramos con docentes nativos, que se mueven muy eficazmente en terrenos digitales asociados al ocio, la recreación, lo social, pero para quienes las aguas siguen siendo desconocidas en el campo educativo. ¿Será que estamos frente a docentes nativos digitales que desarrollan prácticas anacrónicas? Recordemos que anacrónico es todo aquello que está en desacuerdo con la época presente o que no corresponde a la época en que se sitúa.
Es evidente que es necesario un cambio, hace tiempo ya, y es un cambio que debe comenzar desde las aulas, o que al menos debe encontrar en las mismas una aliada… o un salvavidas.


Palabras claves: alfabetización digital, brecha de uso, nativos digitales, inmigrantes digitales, residentes digitales, docentes


Referencia bibliográfica:

Área, M. y otros (2012). “Alfabetización digital y competencias informacionales”. Fundación Telefónica. Recuperado de: http://campus.fundec.org.ar/admin/archivos/CAP%201_%20Alfabetizacion_digital.pdf

Área, M. y Pessoa, T. (2012). “De lo sólido a lo líquido” las nuevas alfabetizaciones ante los cambios culturales de la Web 2.0”. Revista Comunicar. ISSN: 11343478. Recuperado de: http://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=38&articulo=38-2012-03


White, D. y Le Cornu, A. (s/a). “Visitantes y Residentes: Una nueva tipología para el usuario digital”. Recuperado de: http://ciie-r10.wikispaces.com/file/view/Visitantes_y_Residentes_-_una_nueva_tipolog%C3%ADa_para_el_usu+ario_digital_._D.White._A.Le_Cornu.pdf

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