lunes, 16 de mayo de 2016

La competencia digital como clave en la Sociedad de la Información


Como refiere Manuel Área en su publicación “De lo sólido a lo líquido: Las nuevas alfabetizaciones ante los cambios culturales de la Web 2.0”, la sociedad en que vivimos se presenta con profundos cambios socioculturales en relación a la cuestión tecnológica y digital, que ha atravesados todos los ámbitos en que nos movemos. Una de las características de esta época sin dudas tiene que ver con cambios profundos en la forma en que accedemos y manipulamos la ingente información que nos rodea, especialmente a partir del advenimiento de la Web 2.0. La democratización en el acceso de la información ha definido un cambio paradigmático, “trastocando las reglas tradicionales de juego”, como expresa el autor.
Pero así como esta democratización en la publicación y en el acceso a la información resulta ser un beneficio absoluto, es cierto que también surgen algunas cuestiones que forman parte de las particularidades de este tiempo que son necesarias trabajar, siendo una de ellas la problemática de la infoxicación, es decir, la sobreabundancia de información generada por “múltiples y variados medios tecnológicos”. Infoxicación es sinónimo de “saturación informacional”.
Frente a esta situación es que debemos aggiornar nuestras prácticas en relación con la forma en que manipulamos información y construimos conocimiento. Es así, que resulta necesario alfabetizarnos para vivir en esta sociedad digital, en esta cultura líquida (en cuanto a fluído de información y conocimiento en permanente cambio). Alfabetizarnos y fortalecer competencias asociadas a lo digital, como propone Jordi Adell, son un imperativo de la época, ya sea en relación a lo informacional (acceder, gestionar, transformar, difundir información, etc), a lo instrumental (manejo de tecnología), a la alfabetización múltiple, a lo cognitivo (cómo lograr conocimiento), o a la construcción de ciudadanía digital (ciudadanos críticos, libres, integrados, con normas de conducta). El objetivo principal es que los estudiantes, a través de estas competencias, logren autonomía en su proceso de aprendizaje, es decir, que aprendan a aprender a lo largo de su vida.
Es necesario trabajar en el fortalecimiento de estas competencias tanto en el ámbito formal como en el informal. Las instituciones educativas deben ser aliadas incondicionales en este contexto, y para ello no solo es necesario contar con recursos tecnológicos acordes, sino que los docentes estén a la altura de las circunstancias, entre otras cuestiones. Pero también la familia es un factor clave en este proceso de construcción, como también lo son las prácticas autónomas de los estudiantes.
La meta, como expresa Área, “será desarrollar en cada sujeto la capacidad para que pueda actuar y participar de forma autónoma, culta y crítica en la cultura del ciberespacio”.

Competencias digitales como respuesta al cambio en las reglas de juego que propone la Sociedad de la Información. 


Nota: Para ampliar información sobre competencia digitales, te puede interesar ver esta página del Centro de Profesorado de Córdoba sobre "Competencia Digital y Tratamiento de la Información", que cuenta con un directorio de páginas en relación a esta temática: http://competenciasbasicascordoba.webnode.es/competencia-digital-e-informacional/


Referencia bibliográfica:

Área, M (2012). "De lo sólido a lo líquido: las nuevas alfabetizaciones ante los cambios culturales de la Web 2.0". Dossier. 

Adell, J. (2011). "La competencia digital". Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=tjC1LOC0r1g


domingo, 1 de mayo de 2016

Entornos Personales de Aprendizaje (PLE)


Más conocido como PLE, los entornos personales de aprendizaje son, según Jordi Adell, una forma de aprender.
Todos tenemos un PLE, desarrollado o a medio desarrollar, tal vez sin ser conscientes de su existencia.
Me animaría a decir que nuestro PLE constituye, más que un entorno, una plataforma, ya que reúne un conjunto de elementos con mismo fin, aprender…. llegar al conocimiento.
Un PLE está compuesto por recursos informacionales (sitios web, portales, blogs, etc), herramientas digitales, y contactos personales.
Las herramientas pueden clasificarse según su finalidad de uso, como por ejemplo para la edición de textos, elaboración de presentaciones, organización de la información, publicación de contenidos, la comunicación, etc, etc, etc.
Los contactos son todas aquellas personas u organizaciones en la red, que me permiten acceder a información de mi interés, por la cual aprendo. Pueden ser por ejemplo contactos que se acceden a través de Facebook, Twitter, etc.
Es importante tomar conciencia de nuestro PLE porque a partir de su conocimiento podemos trabajar en nuestras fortalezas y debilidades. De repente puedo asegurar que soy muy bueno operando herramientas digitales, pero me doy cuenta que tengo poco acceso a portales informacionales confiables, o incluso descubrir que no busco relacionarme con personas influyentes en mi área de interés.
Tener un PLE fortalecido me posibilita moverme con mayor autonomía en procesos de aprendizaje independientes.
No solo es importante tomar conciencia de nuestro PLE, sino como docentes, es necesario colaborar en el fortalecimiento del mismo en nuestros alumnos. Esto tiene que ver con alfabetización digital, y la alfabetización digital en nuestra época es un imperativo.


¿Cómo crear tu PLE? podés seguir las diapositivas del siguiente enlace de interés.

Enlace de interés:

Díaz Olaya, Ma. Del Rosario (2013). Cómo crear mi entorno personal de aprendizaje: http://es.slideshare.net/sharodiaz69/tutorial-como-crear-mi-ple-16226686




Construir nuestro PLE personal ayuda a descubrir en qué aspectos estamos más fortalecidos, y en cuáles necesitamos seguir trabajando.
Aquí va mi PLE. Clic en la imagen para ampliar.





Referencia bibliográfica:
Adell, J. (2011). "La competencia digital". Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=tjC1LOC0r1g

Canal TIC (2012). PLE en la escuela. Recuperado de: http://canaltic.com/blog/?p=1135

Docentes nativos digitales… ¿prácticas anacrónicas?

¿A qué me refiero? Primero realizaré una introducción a modo de marco.
Sabemos que vivimos en tiempos de la Sociedad de la Información, donde navegamos, aunque a veces naufragamos, infinidad de textos digitales, imágenes, videos, audio, etc, etc, etc. Una sociedad donde el acceso a la información se ha democratizado, lo cual es muy bueno, porque tenemos a la distancia de un clic del mouse una cantidad inmensa de recursos a los que podemos acceder, expresados en números de páginas de resultados que posiblemente no nos alcanzaría la vida para recorrer. Es más, tan increíble es este acceso a las redes, que algunas veces cuando erramos la escritura de una palabra clave, el navegador nos alerta “Tal vez quiso decir…” y en muchos casos le terminamos dando la razón. 

En este medio nos movemos nativos e inmigrantes digitales. Los primeros son aquellos que nacieron en una sociedad donde el acceso a las redes y dispositivos digitales era de uso habitual, e inmigrantes aquellos que debían adaptarse a este cambio cultural.

Es en este contexto de infoxicación, o de información líquida en términos de Bauman, donde surge de entre medio de aguas turbulentas una posibilidad de rescate. Es un salvavidas, pero uno que dice en su superficie visible “Alfabetización Digital”. La alfabetización digital surge como respuesta a esta situación, y es a través de la misma que comenzamos a transitar esta era de una manera más acertada, conciente, crítica y segura. Es a través de la alfabetización digital que emprendemos un camino de respuesta a esta problemática que se nos plantea, trabajando y fortaleciendo competencias y habilidades en el tratamiento de la información, esto es, en su búsqueda eficiente, en la selección de la misma, en su organización, en su análisis e interpretación, en la articulación con otros conocimientos, en su transformación, y por qué no en la publicación en las redes, en su comunicación. Sin dejar de lado, por supuesto, lo inherente a la construcción de la ciudadanía digital, para un uso ético y responsable de las tecnologías.

Posiblemente pensemos que en este camino de respuesta los nativos tienen las de ganar, pero tal vez coincidamos en esto: ser nativo digital no implica estar digitalmente alfabetizado”. Uno no nace con estas habilidades, a menos que las ponga en práctica. Es así que en contraposición de este concepto de nativo digital, de Prensky, surgió el de “residente”, de White y Le Cornu, para referenciar a aquellas personas que se mueven con fluidez en la era digital, independientemente de su fecha de nacimiento, sino que toma en cuenta la forma en la que nos adaptamos al medio.

Yendo ahora si al ámbito educativo, seamos nativos, residentes, o como quisiéramos llamarnos, la cuestión es que en la práctica docente estas competencias no están muy desarrolladas. En tiempos de la Sociedad de la Información volvemos a escuchar hablar de analfabetos, pero ahora en términos de la Sociedad Digital (tal cual lo expresa Manuel Área), y cuando surgen estas palabras, “analfabetismo” o “alfabetización”, nuestra mente asocia que la respuesta está en las instituciones educativas, en los docentes. Si bien es cierto que la educación formal tiene incumbencia, también es cierto que la educación informal es una posibilidad en el camino hacia la alfabetización digital, a través de las prácticas autónomas de aprendizaje, del fortalecimiento del PLE (entorno personal de aprendizaje), etc. Pero volviendo a la educación formal, pienso especialmente en los actuales estudiantes de profesorado, vemos en ellos la esperanza de que sean docentes 2.0 (la versión más popular), por el solo hecho de ser nativos digitales, pero la realidad demuestra que una condición  no implica la otra, porque repito “ser nativo digital no implica estar alfabetizado digitalmente”. Lo cierto es que, pasada la brecha de acceso físico a las tecnologías, la brecha de uso en el ámbito educativo permanece vigente, y de hecho se percibe como una “brecha elástica” porque se estira, se estira, se estira, sin terminar. ¿Esto a qué se debe? Posiblemente a que los estudiantes al realizar sus prácticas, o al egresar, muchas veces tienden a “repetir estándares enraizados”, porque esta es la forma en que aprendieron, porque es lo que conocen, porque es lo seguro, porque en definitiva es así como se aprendió toda la vida, ¿no?
Es así como nos encontramos con docentes nativos, que se mueven muy eficazmente en terrenos digitales asociados al ocio, la recreación, lo social, pero para quienes las aguas siguen siendo desconocidas en el campo educativo. ¿Será que estamos frente a docentes nativos digitales que desarrollan prácticas anacrónicas? Recordemos que anacrónico es todo aquello que está en desacuerdo con la época presente o que no corresponde a la época en que se sitúa.
Es evidente que es necesario un cambio, hace tiempo ya, y es un cambio que debe comenzar desde las aulas, o que al menos debe encontrar en las mismas una aliada… o un salvavidas.


Palabras claves: alfabetización digital, brecha de uso, nativos digitales, inmigrantes digitales, residentes digitales, docentes


Referencia bibliográfica:

Área, M. y otros (2012). “Alfabetización digital y competencias informacionales”. Fundación Telefónica. Recuperado de: http://campus.fundec.org.ar/admin/archivos/CAP%201_%20Alfabetizacion_digital.pdf

Área, M. y Pessoa, T. (2012). “De lo sólido a lo líquido” las nuevas alfabetizaciones ante los cambios culturales de la Web 2.0”. Revista Comunicar. ISSN: 11343478. Recuperado de: http://www.revistacomunicar.com/index.php?contenido=detalles&numero=38&articulo=38-2012-03


White, D. y Le Cornu, A. (s/a). “Visitantes y Residentes: Una nueva tipología para el usuario digital”. Recuperado de: http://ciie-r10.wikispaces.com/file/view/Visitantes_y_Residentes_-_una_nueva_tipolog%C3%ADa_para_el_usu+ario_digital_._D.White._A.Le_Cornu.pdf